Los Vikingos

Los Vikingos
(Ancient Civilisations. The Vikings)
Dr. Les Prince
Vanessa Tovell / Cromwell Productions
48 min
1996

En el año 793 una crónica anglosajona cuenta: «en este año se han visto presagios terribles sobre Northumbria que han asustado en gran medida al pueblo. Consisten en enormes torbellinos, relámpagos de luz y fogosos dragones moradores. Y el 8 de junio los estragos de los bárbaros han destrozado miserablemente la iglesia de dios en Lindisfarne, saqueándola y masacrando a la gente.»

La era vikinga había irrumpido en la historia.

La imagen que tenemos de los vikingos es la de una manada de lobos sangrientos no muy diferentes a los actuales ángeles del infierno, aterrorizando a gente inocente y pacífica, especialmente a los clérigos. Su llegada y la súbita e inesperada. En cosa de pocos años fueron tenidos por todo el mundo cristiano.

No pasó mucho tiempo antes de que los nombres de sus lugares de procedencia, daneses, escandinavos, noruegos o norteños, se convirtieran en simples sinónimos de la palabra pirata.

La época vikinga se ha caracterizado por ser una violenta explosión de paganismo anticristiano. Los vikingos, al llegar con sus bellos navíos, eran vistos como piratas que aparecían como las nubes tormentosas del norte. Primero en pequeños grupos de ataque y luego con grandes flotas.

[Paul Jackson, Birmingham University] «Los vikingos tal y como los conocemos venían de una zona de la Europa del norte, Escandinavia, conocida como Noruega, Suecia y Vinlandia, que es la parte septentrional de Dinamarca. Aunque recibían diversos nombres, eran conocidos colectivamente como vikingos.»

En el año 789 Beaduheard, juez del rey Beorhtric de Essex [Wessex], se apresuró a ir con un pequeño grupo de compañeros a Pórtland, en la costa sur de Inglaterra. Investigaba tres barcos sospechosos que se suponía eran mercantes. Lamentablemente para él no lo eran y Beaduheard se convirtió en la primera víctima de los vikingos.

Los extranjeros le mataron a él y a sus compañeros, y como señala la crónica anglosajona, estos fueron los primeros barcos de daneses que llegaron a la tierra de los ingleses.

Tras este primer y amenazador encuentro durante 4 años no se vuelve a oír hablar de los extranjeros bárbaros del norte. Más tarde irrumpen impetuosamente sacudiendo a la cristiandad desde sus raíces con el saqueo de Lindisfarne, la isla santa. A partir de ese momento, y durante los siguientes 300 años, no cesaron de aparecer en la historia.

[Dr. David Chandler, Sandhurst Millitary College] «Si leemos las crónicas anglosajonas, todos los años se mencionan oleadas de incursiones vikingas en lo que ahora llamamos las islas británicas. Era un problema endémico. Una vez quedó claro que podían obtener botines fácilmente en bretaña, y dado que algunos reyes que habían pagado a Deingold para que volvieran al final de la estación, nos convertimos en un blanco habitual en estas islas.

Lo que siempre me ha fascinado es que no sólo nosotros hemos recibido este trato; un poco después en la historia nos encontramos con flotas de vikingos navegando por el mediterráneo hasta Sicilia e incluso Constantinopla, e incluso en santa Sofía, la gran catedral que hoy es una mezquita en Estambul, justo arriba de la galería de la gran cúpula hay unas marcas que fueron grabadas con un cuchillo en el mármol de la balaustrada: Godrik estuvo aquí. Era una especie de vándalo del siglo 9, un individuo duro como otros muchos de las futuras generaciones que se aburría con la misa que estaban oficiando abajo. Sacó su daga y grabó su nombre en el edificio.»

Este fue el principio del período conocido como la era vikinga.

Navegando hacia el sur los vikingos se establecieron en las islas Orkney y en Shetland. Colonizaron Escocia e Irlanda. Invadieron media Inglaterra, siendo detenidos por el único rey ante los ingleses han llamado magnífico: Alfredo de Essex. Atacaron y poblaron Francia hasta llegar al Loire. Tomaron Lisboa, Cádiz y Sevilla. Se desplazaron hacia el este y saquearon Pisa. Algunos vikingos llegaron hasta Sicilia y se establecieron allí. Los Rus’, o vikingos suecos, remontaron el río Vóljov hasta Nóvgorod. Desde allí algunos fueron por tierra, llevando sus barcos sobre rodillos de pino, hasta el nacimiento del Dniéper. Desde allí hasta Kiev, el Mar Negro y Constantinopla, donde la guardia personal del emperador estaba constituida básicamente por vikingos.

Otros fueron desde Nóvgorod hasta el Volga y navegaron hacia el sur hasta el mar Caspio y Bagdad. Nóvgorod y Kiev, ambos reinos vikingos, se encontraban en una de las rutas de comercio más ricas del mundo. Los Rus’ dejaron un perdurable legado con su nombre, del cual se deriva Rusia.

Navegando hacia el oeste los vikingos colonizaron Islandia y Groenlandia, en donde Erick el Rojo fundó una colonia en Bratahim. Desde allí siguieron navegando hacia el oeste hasta Vinlandia, una parte de Terranova, y hasta lo que hoy es su Nueva Inglaterra en los EEUU. Esto fue hacia el año 1000, cinco siglos antes de que colón descubriera América.

[Paul Jackson, Birmingham University] «Los vikingos llegaron a Norteamérica sobre el año 1000 y Leif El afortunado, más conocido como Leif Eriksson, fundó una colonia llamada Vinlandia en lo que hoy es Terranova.»

Las incursiones de los vikingos aterrorizaban a la cristiandad. Algunos creían que la rapidez con la que llegaban y se marchaban era imposible sin una ayuda demoníaca. De este modo, a su creciente reputación de brutalidad salvaje se añadió una misteriosa aura de magia que hasta cierto punto persiste incluso hoy. ¿Se merecen esa reputación de banda de desalmados que iban por el mar interesándose sólo por los botines fáciles y el pillaje?

Indudablemente los vikingos eran violentos y brutales y no se puede negar que les atraían los fáciles botines del comercio costero y los monasterios cristianos, pero era una época violenta y Europa todavía estaba fragmentada tras la caída del Imperio romano occidental, dividida por luchas políticas y acosada por la creciente presión de los musulmanes del norte de África. En cierto modo los vikingos no fueron menos violentos que sus contemporáneos.

[Paul Jackson, Birmingham University] «En el siglo XVIII el Imperio carolingio de Europa occidental y el imperio de Inglaterra se habían hecho relativamente seguros. También se habían hecho muy ricos y estas zonas ofrecían buenas ganancias a los salteadores que no estaban bajo el control directo de la cristiandad.

En realidad europea estaba amenazada desde tres direcciones principales. Al sur estaban los sarracenos que partieron desde África del norte subiendo por la península ibérica. Estos establecieron bases en el sur de Italia y en el sur de Francia. Al este se encontraban los magiares, un grupo de escandinavos que había establecido su base en lo alto de la llanura húngara. Empezaron a saquear tan pronto como llegaron allí.

Al norte y al oeste estaban los vikingos que lanzaron sus ataques marítimos contra estos territorios.»

Paradójicamente los escandinavos ven este periodo como una edad de oro de expansión económica que afectó profundamente a la herencia mercantil y artística de Europa. Los historiadores modernos han empezado a reevaluar el período. Ya hay quien lo ve como una explosión de energía que surgió de una de las pocas regiones estables de Europa en aquella época.

La era vikinga se sitúan el bien llamado período oscuro del que tenemos pocos datos escritos, sobre todo de los vikingos. El mito se disfraza de realidad, la leyenda se presenta como hecho, y las mejores historias son las menos fiables.

Era la iglesia a la que tenía prácticamente el monopolio de las letras en aquella época. La crónica anglosajona, por ejemplo, fue escrita al menos 100 años después de que sucedieran los hechos a los que se refería por monjes pertenecientes a una iglesia poderosa e implacable dispuesta a utilizar la brutalidad y la falsedad cuando sus intereses se veían amenazados.

Éstos no son datos objetivos sino documentos políticos y religiosos pensados para condenar a aquellos a los que ataca. Los vikingos, adoradores de dioses no cristianos, eran una amenaza para su religión y la iglesia cristiana nunca fue capaz de tomarse a la ligera tal situación.

Otros vieron en los vikingos una amenaza económica y política. Los comerciantes se habían visto obligados a utilizar rutas costeras, las mismas rutas que utilizaban los vikingos en sus viajes. Las incursiones vikingas amenazaban la supervivencia de este comercio costero y la inestabilidad de poder en Europa significaba que Escandinavia podría muy bien ganar control sobre el alma del Sacro Imperio Romano.

El emperador romano vio la agresión vikinga como una amenaza que no podía ser ignorada. El arma que utilizó fue la religión. Siendo paganos, los vikingos estaban fuera de la órbita de la iglesia pero si pudieran ser convertidos caerían bajo la autoridad del Papa y, automáticamente, bajo su propio control. Poco le importaba recurrir a cualquier método para dominar a los vikingos.

[Dr. Les Prince, Birmingham University] «Para el santo emperador romano los vikingos suponían dos amenazas distintas, ambas muy serias. En primer lugar suponían una amenaza económica. Dado que interceptaban las rutas comerciales por las cuales el santo emperador romano mantenía el contacto y el comercio con otros pueblos, su violencia en esas rutas comerciales suponía una amenaza de grave interrupción económica del imperio y de la cristiandad tal y como estaba establecida en aquella época.

Pero los vikingos suponían una amenaza de otro tipo, la cual no era menos importante para el emperador. Quizá era más importante que la amenaza económica y esa era la religión. Los vikingos eran paganos p nueva doraban al dios cristiano y debido a ello su sola existencia era una amenaza para el santo imperio romano.

Esto tuvo dos aspectos diferentes. Uno era la amenaza para la doctrina de la cristiandad, pero mucho más importante fue la amenaza para el poder político del emperador. Al ser paganos estaba fuera de la autoridad de roma y, por tanto, esencialmente estaban fuera de su propia autoridad. El emperador pronto decidió que una manera de contrarrestar la amenaza vikinga no era necesariamente con un conflicto directo, sino convirtiéndolos. Fue instigación suya que los misioneros cristianos empezaran su trabajo en las zonas vikingas.»

La dura geografía de Escandinavia definió a su pueblo y, por último, su lugar en la historia. El mar era lo primordial de su vida, era esencial tanto para la vida como para las comunicaciones.

Tanto en Escandinavia como allí donde se establecían, la sociedad vikinga se basaba en una estructura social con 3 estratos: los jarls, también llamados condes o guerreros, los karls o campesinos y los thralls o siervos.

Los thralls eran la clase trabajadora de la sociedad. Nunca dejan libres, siendo más bien una propiedad como una vaca o un perro. Habitualmente los thralls se dedicaban a la guerra, la piratería o el comercio. La mayoría de ellos vivía en una sola choza estrecha hecha de madera o de hierba y arcilla, junto a sus familiares los animales que poseyeran. Estos desafortunados miembros de la comunidad no tenían ningún dios que se ocupara de ellos sino que estaban abandonados a su suerte tanto por los hombres como por los dioses. Pero en comparación con el trato que se daba a los esclavos de otros lugares de Europa, los vikingos parecen no haber sido demasiado duros con sus thralls y existen datos de que consideraban enfermos aquellos que maltrataban a sus esclavos.

A los thralls también se les permitía tener posesiones y tiempo libre para trabajar en su propio provecho y en circunstancias favorables podían comprar o ganarse su libertad.

La mayoría de los vikingos eran karls. Su protector era Thor, el dios más venerado de todos los dioses vikingos. Los karls eran minifundistas y hombres libres y abarcaban desde los indigentes hasta la gente que más poder y riqueza. Como hombres libres mantenían una sociedad basada en el parlamento para hacer las leyes. Podían también elegir reyes o decidir un cambio de religión, tal y como hicieron en Islandia en el año 1000.

Los karls vivían en dos o más casas. Consistían en un par de construcciones largas paralelas, a veces ampliadas con uno o dos establos, que componían un complejo de tres o cuatro edificaciones con un patio en medio.

En los asentamientos vikingos de las islas del Atlántico las casas se construían de piedra seca o con una mezcla de hierba y piedra. A veces incluso se construían sólo de hierba. El mobiliario era relativamente simple, con bancos fijos que se utilizaban tanto para comer como para dormir. La ropa y las posesiones personales se guardaban en arcas o se colgaban en ganchos. La comida se almacenaba en cubas y tinajas de madera, en grandes cuencos o en jarras.

El suelo era generalmente de tierra, temporalmente cubierto de cañas o paja. Desde el techo se suspendía una caldera sobre el fuego para hervir caldo o carne. También se utilizaban parrillas de hierro. La carne se hacía en un asador. La carne y el pescado también se cocinaban en agujeros en el suelo envueltos con piedras calientes.

Los alimentos se comían con cuchillo en un trinchador de madera. Para beber se utilizaban cuernos, aunque en las casas acomodadas se podían encontrar vasos importados. La dieta básica de los karls era bastante variada e incluía pan integral de centeno, gachas de avena y cebada, pescado, especialmente arenques, carne de cordero, cabra, buey, ternera y cerdo. Queso, mantequilla y nata. Cerveza, aguamiel y para los ricos vino.

La carne de ballena, foca y oso polar, también era importante, especialmente en Noruega e Islandia. Las carnes servidas eran preferidas a las asadas. Los vikingos también hacían caldos y secaban diferentes carnes y pescados.

Un manjar muy especial que todavía hoy se come sobre todo en Suecia era el surströmm [¿?], que es pescado en putrefacción. Las verduras más usuales eran las coles y las cebollas, acompañadas de bayas y avellanas. La miel se utilizaba extensamente, principalmente como base para el aguamiel.

En las zonas alejadas del mar, pero con abundantes bosques, muchos alimentos se obtenían de la caza de la abundante fauna salvaje: alces, ciervos, jabalíes y osos. También les gustaban las liebres, gansos y gallinas, y en el norte los renos y los bisontes.

Los jarls o guerreros, cuyo dios era Odín, formaban la aristocracia. Eran gente acaudalada, con poder y posición social, que a menudo reivindicaban su origen divino. Tenían una refinada, elegante y sofisticada vida y disfrutaban de bellas casas. Se distinguían de la clase campesina principalmente por su riqueza. Esto se hacía patente por la cantidad de seguidores, joyas, barcos y propiedades.

Los vikingos se elegían a sus líderes por su valor, destreza y nobleza de nacimiento. Y si éstos reivindicaban su origen divino, cualquier hombre podía convertirse en su principal rival. En la época vikinga más antigua no había monarquía y la institución sólo llegó a cobrar importancia a medida que ciertos individuos ganaron poder y riqueza, pero no llegó a ser hereditaria hasta mucho después.

Islandia, sin embargo, se mantuvo firme y rechazó completamente la monarquía. Fue una república desde el principio, gobernada por un sindicato de caciques. La aristocracia la componían padres de familia que normalmente pasaban los largos inviernos en casa. Sin duda alguna las grandes descripciones de los festines de Valhalla reflejan en gran medida lo que tuvo lugar en las casas de la aristocracia. Y fueron estos mismos hombres los que reunieron tripulaciones para la exploración, el comercio o la piratería.

La ocupación habitual del año, tanto para los nobles como para los campesinos, era trabajar la tierra durante primavera y otoño, hacer expediciones en verano y festejos durante el invierno. Mientras tanto sus esposas mantenían la casa y la familia hilando, tejiendo y protegiendo los intereses familiares hasta que sus hombres volvieran con sus botines o sus mercancías.

La tierra era enormemente importante y proporcionaba estatus. Una familia podía aumentar su posición social mediante las adecuadas alianzas y a menudo se concertaban matrimonios por las dotes que les acompañaban. Pero la tierra siempre pasaba del padre al hijo mayor, sin dividirse, lo que creo escasez de buenas tierras que trabajar.

En los mitos y epopeyas nórdicas vislumbramos las vidas aisladas y duras de la mayoría de los vikingos. A menudo las casas de labranza estaban separadas por días de distancia a caballo y era poco probable que un viajero se cruzara con otra persona. Las condiciones del viaje eran espantosas, llevando a los viajeros por páramos, glaciares y a través de tierras vírgenes.

Durante la mitad del año había poca luz diurna y mientras los veranos podían ser cálidos, aunque cortos, los largos inviernos eran severos y peligrosos.

La necesidad de recursos y la escasez de tierra en muchos lugares significaba que la mayoría de los agricultores tenían que completar su alimentación con el mar. A menudo se les describe como agricultores con botes o como marinos con casas de labranza.

[Paul Jackson, Birmingham University] «Para explicar el éxodo escandinavo se han dado diferentes razones. En primer lugar estaba la necesidad de tierras. Esto se vio agudizado por el sistema vikingo de herencia por el cual el primer hijo lo hereda todo, así que los hijos más jóvenes tenían que partir en busca de otros medios de subsistencia. En segundo lugar en Noruega había una dura guerra dinástica interna, especialmente cuando Harald Hárfagri, el de los cabellos hermosos, tomó el control. Esto dio como resultado que todos los vikingos se marcharan y condujo directamente a la formación de las colonias de Islandia.»

El aislamiento tendió a fortalecer la unidad familiar. La supervivencia exigía individualismo y fuertes lazos familiares de apoyo, especialmente en los tiempos difíciles. Dentro de la familia había una relación muy especial; un tío materno era ante todo responsable del bienestar de su sobrino. Eran las mujeres las que proporcionaban la comida y el vestido a su familia y tanto dentro de ella como ante los ojos de la ley, los hombres y las mujeres tenían el mismo estatus y los mismos derechos.

La mujer fue también una figura importante para el chamanismo. Estas personas eran capaces de entrar en trance y comunicarse con los espíritus para obtener conocimientos ocultos y que respondieron a cuestiones prácticas tales como la riqueza de la comunidad o perspectivas de matrimonio.

La amistad era de vital importancia. Al igual que ocurría con la familia, la supervivencia podía depender de los fuertes lazos con los demás. Las familias juiciosas cultivaban estrechas amistades porque los grandes grupos eran menos vulnerables que los grupos pequeños. Esto también fomentó la hospitalidad

El mar dominaba la vida. Los escandinavos pronto aprendieron a construir buenas embarcaciones. De esta habilidad surgió su símbolo de distinción, el barco vikingo. Estas embarcaciones, con sus largos y esbeltos cascos y sus pruebas elegantemente curvadas con su cabeza de dragón, eran un arma temible que causaba terror a sus enemigos. Los vikingos habían conseguido un barco fiable que podía navegar en aguas poco profundas y que no necesitaba un puerto para fondear. Su construcción les permitía utilizar cualquier playa como puerto y maniobrar en aguas no aptas para la mayoría de los demás y navíos europeos de la época. No es de extrañar que sus víctimas cayeran en sus manos totalmente desprevenidas, ya que no sólo atacaban islas o asentamientos costeros; podían navegar río arriba para dirigirse a ciudades ricas y monasterios.

Navegaron por el Támesis, el Shannon, el Duar y el Ring. Es más, estos bólidos del mar no sólo les permitieron atacar sin previo aviso sino que eran lo suficientemente manejables como para permitir una rápida huida en caso de que fuera necesario.

[Dr. David Chandler, Sandhurst Millitary College] «El barco vikingo era el modelo de arquitectura naval más desarrollado de la época. Son trabajos preciosos, con diseños especializados y capaces de recorrer grandes distancias. A veces sus flotas poseían cientos de ellos. De las flotas que invadieron la costa nororiental en el año 1066, durante la primera fase de la batalla de Hastings, dijeron los cronistas que había unos 250 barcos, de modo que estas flotas podían ser muy grandes.

Tuvieron lugar una o dos grandes batallas navales en este periodo, especialmente cuando el rey Alfredo de Winchester y Essex empezó a formar una flota que era capaz de encontrarse con los vikingos en alta mar, y sabemos que ganó uno o dos combates muy duros contra ellos. Pero en lo que a los vikingos se refiere, sus barcos tenían tres propósitos. En primer lugar llevarles al lugar que iban a atacar. En segundo lugar aterrorizar a la población con sus famosas proas que llevaban cabezas de dragón. Esto era algo psicológico, más que nada, debido al terror que podían causar. Y en tercer lugar llevarse el botín una vez realizada la incursión. Pero era el viaje el que predominaba.

En mi opinión los primeros que tuvieron esta urgencia de explorar, de sobrepasar los horizontes conocidos por el hombre, fueron los vikingos de aquella época.»

A pesar de sus notables viajes, los vikingos preferían quedarse cerca de la costa. Los alimentos tenían que cocinarse en tierra. En el mar la tripulación subsistía a base de carne o pescado seco. Había poco espacio cubierto a bordo y dormían en sacos confeccionados con cuero. Cuando era posible preferían acampar en tierra y pasar la noche en el relativo lujo de una tienda de campaña.

La navegación en mar abierto era muy arriesgada pero la mayoría de los timoneles vikingos tenían suficientes conocimientos de astronomía como para poder navegar a lo largo de una latitud. Mantenían el rumbo observando la posición del sol al mediodía y de este modo calculaban la latitud comparándola con otros lugares conocidos.

Los vikingos eran agricultores, comerciantes y marinos, así como aventureros, filibusteros y piratas.

Tenían una tradición artística propia que competía con cualquiera de las europeas de la época. A los vikingos les encantaban los ornamentos y tanto los hombres como las mujeres se acicalaban y decoraban sus ropajes con elaborados alfileres, brazaletes y anillos. Su arte refleja su carácter y está empapado de vitalidad y vigor. Es recargado y complejo, cualidades que también comparte su poesía. Es esencialmente un arte decorativo aplicado a una amplia variedad de objetos cotidianos, aspecto principal de la vida diaria. Dominan las formas estilizadas de animales, desde representaciones muy naturalistas a complejas formas abstractas. Algunas de ellas son asombrosamente de ellas y su influencia se puede ver en el arte de otras culturas de Europa, incluyendo la anglosajona y la celta. Cualquier cosa podía adornarse y los objetos decorados con filigrana de oro y su típica granulación nos muestran la destreza que tenían algunos de estos artesanos nórdicos.

[Dr. Les Prince, Birmingham University] «El arte vikingo es una de las formas de arte más inconfundibles del mundo. Es vibrante, el rico, es energético. Es emocionante. Podríamos decir también, en algunos casos, que es ostentoso, y los vikingos, conocidos por su austera actitud ante la vida, su austera religión, parecen verter todas sus energías positivas en el arte, y parte de él es realmente notable.

Los vikingos decoraban absolutamente todo. Cualquier cosa que tuviera superficie podía ser decorada: vestidos, barcos, mesas, alacenas… absolutamente todo. Y todavía quedan algunos ejemplos increíblemente bellos del arte vikingo en los muros de las iglesias, por ejemplo, y tallas muy bellas.»

Perduran obras que muestran su habilidad, pero se han perdido muchas otras. En su arte y su decoración los vikingos no revelan un lado ostentoso, incluso deslumbrante de su naturaleza, que está algo reñido con su reputación.

Es en la religión donde la reputación vikinga está completamente ilustrada. Es difícil imaginar a los vikingos como religiosos en el sentido convencional; al igual que su paisaje, su religión era dura y prohibitiva. Lo que sabemos de su religión es fragmentario. Una vez que los misioneros cristianos enviados a Escandinavia se hubieran establecido, atacaron con celo todo rastro de paganismo que tan profundamente odiaban. Sin embargo los nombres de los principales dioses nórdicos siguieron vivos, conmemorados en los días de la semana que estaban dedicados a ellos: martes, miércoles, jueves y viernes, y en nombres de lugares como Wellfist [¿?].

Se nos habla de una religión poco organizada, sin sacerdocio ni teología desarrollada. Inexorablemente fatalista, predice un juicio final, incluso para los dioses. A diferencia de los mitos cristianos, el bien no triunfaba inevitablemente sino que tiene que encontrarse con su juicio final. No es difícil ver en esto un reflejo del carácter de los vikingos, hombres de valentía temeraria y ferocidad invencible más interesados en la muerte y la fama que en el triunfo.

Su mitología está basada en un respeto inequívoco por la violencia, casi como un fin en sí mismo. Es difícil comprender cómo una religión así pudo desarrollarse en las espesuras frías y severas del norte, en donde el éxito se medía o por el triunfo sobre los elementos, los cuales indudablemente ganaban al final, sino por el talento para enfrentarse valientemente a la luz del juicio final.

No obstante, había un consuelo para los creyentes. Daba sentido al universo y éstos obtenían protectores en la tierra. Había un dios para aquellos que vivían por la sabiduría, otro para los que vivían por la guerra, uno para el que hacía runas, otro para el letrero y así sucesivamente. Los dioses eran tan generosos que cada creyente devoto, fuera quien fuera su dios, podía estar seguro de tener total protección en todo aquello que hiciera en su vida.

[Dr. David Chandler, Sandhurst Millitary College] «La religión de los vikingos era por supuesto pagana. También era inspiradora, era una combinación de mitos, historias, creencias muy arraigadas y una buena dosis de miedo. Era una religión ignorante. Thor, el gran dios de la guerra, era el campeón de los dioses. Freyr urdía los destinos de los hombres. Tenemos esta religión que prospera en cierto sentido, aunque sea pagana, y que puede inspirar una cultura guerrera, y por supuesto, la gran bazurca ataca cuando literalmente tenían sed de sangre.

A menudo se quitaban la ropa, la armadura, el casco, y entraban con sus grandes espadas o sus hachas de batalla. A base de puro terror y furia apenas podían darse cuenta de las heridas que sufrían, y eso es lo que les hacía tan diferente, pues creían, al igual que los japoneses en la segunda guerra mundial, que el guerrero que murió en combate iba directamente al cielo, o Valhalla, en donde había un festejo interminable en presencia de los dioses para los guerreros valientes que habían aportado su contribución allí abajo.»

Junto a Thor, el dios nórdico más conocido de todos, está Odín, el tenebroso y colérico padre de todos. Señor de las orcas y patrón de la aristocracia vikinga. En la mitología vikinga Odín era el dios supremo, el dios padre, un dios complejo que exigía sacrificios humanos. Tuvo alrededor de 170 nombres distintos, incluyendo señor de las orcas, señor de los caídos, todo conocimiento y el dios de un ojo. Era el dios de la batalla, de la victoria, de la estulticia y de la muerte. Era el dios vikingo por excelencia.

Aunque Odín era el dios principal, no era de ningún modo el más venerado. Ese honor le corresponde a Thor, el dios del trueno, del que tomaron el nombre del jueves. Gobernaba los truenos y los rayos, los vientos y las lluvias, el buen tiempo y las cosechas. Dios del cielo, de las tormentas, maestro de los relámpagos. Era una enorme figura pelirroja que recorría los cielos en un carro tirado por dos cabras sagradas. Era un dios práctico y venerado por la gente corriente. En los templos en los que el y Frey eran adorados conjuntamente era Thor el que siempre se situaba en el centro, en el lugar de honor.

[Dr. Les Prince, Birmingham University] «De alguna manera es difícil decir cuál fue el legado de los vikingos. Aparecieron y desaparecieron muy rápidamente en la historia, y en esta explosión de energía tan corta pero tan intensa entraron en la historia para salir enseguida. Si miramos todo lo que dejaron tras de sí, un arte vibrante y una literatura vibrante, ambos de los cuales tuvieron influencias mucho más allá de sus fronteras, ciertamente podría decirse que el arte vikingos sigue teniendo su influencia en las artes gráficas modernas europeas.

Si miramos a nuestro alrededor seguiremos viendo la influencia de las formas animales vikingas. De modo que sigue allí. Además de esto, una de las cosas que a menudo se pasa por alto sobre los vikingos es su comercio. Bien… no sólo hicieron incursiones y se establecieron, sino que también abrieron un enorme sistema mercantil por todo el mundo de aquella época. Además nos han dejado mitos heroicos que todavía tienen su influencia en nuestras propias literaturas y leyendas heroicas. Y yo creo que en ese sentido el mundo hubiera sido un lugar mucho más pobre si los vikingos no hubieran existido. Puede parecer un legado escaso, pero yo creo que es un legado especialmente importante. Simplemente esa imagen del héroe, el héroe conquistador saliendo y oponiéndose a los elementos y triunfando.»

La llegada del cristianismo coincidió con un desmoronamiento vikingo. El miedo a este pueblo fue disminuyendo a medida que abandonaron su forma de violencia y adoptaron las formas de brutalidad más familiares al resto de Europa. Aunque las rápidas incursiones continuaron durante algunos años, los monarcas escandinavos adoptaron gradualmente la utilización de grandes ejércitos de tierra y al final de su época habían dejado de ser vikingos en el sentido estricto.

Piratas o aventureros. En realidad los vikingos eran ambas cosas. Extendieron las fronteras del mundo conocido hacia el norte y el oeste y establecieron comunicaciones entre grandes distancias. Durante el proceso introdujeron a países anteriormente aislados como irlanda en un gran sistema mercantil mundial.

Crearon nuevas formas de justicia y administración, incluyendo el sistema del jurado. En Islandia los descendientes de los colonos vikingos originales dejaron una gran cantidad de literatura, considerada por algunos como uno de los mejores logros de la Europa medieval.

Su arte influyó más allá de sus fronteras.

En una explosión de energía que no se ha vuelto a repetir, los vikingos aportaron al mundo una ética heroica y un modo de vida que ha sido la envidia de las posteriores generaciones.

Nos gusten o no, los vikingos enriquecieron al mundo con su presencia.

BONUS:

Puedes ver otros documentales interesantes sobre los vikingos como:

Vikingos. Un viaje hacia nuevos mundos

La piedra del sol vikinga

Bárbaros. Vikingos

La mega serie Vikingos de la filósofa e historiadora colombiana Diana Uribe

Publicado el 05/01/2014 en Docus. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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